Al asomarnos
justo
cuando
los rayos
se aproximan
perpendiculares.
Es posible
admirar
el milagro
de un contraste.
Aquel
cuando la luz
crea la sombra,
con la materia
que atraviesa
y roza.
Nos muestra
la perfección
de las formas
de las líneas
y curvas.
Toma fuerza
mientras dura
el momento
de la entrega,
donde
la belleza
se observa
en el preciso
contraste.
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