domingo, 11 de febrero de 2018

Divino río


En el canal se desangró,
entregó todo,
eso que, dentro sí,
vibraba:
el agua.

Rugió, resbaló,
se dio sin medida:
fue verdad,
en frases de corrientes.

Fue benevolencia
a la luz
de una transparencia
sin cauce.

Fue tolerancia,
ante el ataque salvaje
del homínido inconsciente.

No obstante nos dio
y sigue brindado su sangre.
Abre sus venas
sin medir las consecuencias.

Puro nace,
no compite con los otros,
eso se lo deja a los fatuos,
a los mendigos del alma.

No actúa,
no sabe de máscaras,
ni de la volátil ilusión.

Es eterno,
sabe nunca perecerá
a pesar de nuestros intentos.

Por el contrario
Dará, y cada vez más,
aunque no nos percatemos.

Celebra amor,
en cada momento,
Late en ti
y en mí.

Habita en el sacro instante
que lo contemplamos.