jueves, 17 de noviembre de 2016

Avanza



Los pies unidos avanzan;
son diminutos remos en el agua.

Extraños peces largos y gordinflones
unidos a un cuerpo y a un corazón.

Son garras que se aferran al trepar descalzos una montaña.
Siguen la ruta señalada por el cerebro,
por esa constelación de sus saberes 
y la intuición contemplativa de nuestras proyecciones.

Algunos pasos siguen la voz genuina, esa que susurra desde dentro:

el andar es un reflejo

ese que murmulla desde el centro,
las más profundas de nuestras convicciones.

Cuando no es posible hacerlo,
cuando, por alguna razón, 
no cuentan con el movimiento...
No se acallan;
siguen marcando el paso de nuestros más fervientes deseos.

Todo es realizable si solo se despierta...
con los pies o sin ellos, 
pero reconociendo por alguna razón,
una misteriosa razón...
Estos siguen latiendo:
deambulamos con estos, incluso, en nuestros sueños.

Son una prolongación de nuestros ancestros físicos o etéreos.



viernes, 4 de noviembre de 2016

El reconocimiento: la clorofila de lo esencial




El reconocimiento no mora en los cuatro listones que penden de un clavo:
es un pigmento líquido que fluye del centro de todo lo inerte, de todo lo vivo.
No habita en la corteza tatuada con un nombre o un título:
su nicho se refugia no solo en las palabras.

Su lucidez no se emite en el tono asertivo de una voz.
Se observa en las gargantas claras y transparentes de silencios.

En tus pupilas, que, con solo mirarlas lo dicen todo.

No es un conjunto de “me gustas” punzantes en el alarido de los medios.

Es un solo “te quiero” que nace del corazón en un latido.

Re – conocer –se es un acto valiente, un aullido mudo en solitario.
Ese que se emite tan cerca y tan lejos de ese habitual rincón tranquilo donde moramos.
Brota de esos canales de tu sangre: se evapora de tus venas.


Eres más que tu esencia roja: Eres dulce y eres sal.
Hoy saboreas tu propia clorofila: La clorofila de lo esencial.