domingo, 10 de septiembre de 2017

Flor peregrina


Se hizo flor,
una blanca, 
encendida en rosa
de verticilo volátil.

Latió en el lago brillante
de las miradas oscuras.

Se dejó llevar
Por el camino
Que le marcó la lluvia.

Descendió en la tierra,
justo en el rincón
donde habitan los truenos.

Vibró, no juzgó.
Leyó, solo amó.
Mas, valiente percibió
la tristeza y el dolor.

Abrió su corazón
a la memoria del fuego.
Acarició, sin tocar,
una herida que
en cada lugar arde.

Reconoció en un país,
llamado Colombia,
India o Siria,
Ghana o Etiopía...
Una alegría híbrida,
una de raza mestiza
habitada de niños
de todas las ramas
y de diversas lenguas.

Gracias por la esperanza
por ser tan vulnerable,
cual flor peregrina.

!Buen vuelo, sabio y constante!
Querido papa Francisco.