La respuesta está en tu alma…
Eso me lo dijo un buda
que sentado esperaba
el momento para amar.
El buda mantenía su absoluta calma
a la
espera de los sonidos del viento,
del susurro de su propia alma…
Me indicó realizara una navegación
a través de los siete mares de la memoria.
A reconocer que siempre ha sido Salamanca,
una ruta hacía mi alma: "Todo lugar lo puede ser".
Así, me susurró: "Es necesario aprender a abrir,
la flor de loto de tus alas".
Ser cigüeña encumbrada en las noches de los recuerdos.
Amante de lo sencillo que una respiración
conlleva.
Amar, soltar las hojas,
con o sin palabras.
La mañana expandida,
los dedos del viento.
Entonces, de repente, descubrirás
las dudas ya no estarán tanto
tiempo en tí.
Así, el buda cerró los ojos,
emitió su eterna sonrisa
y solo un pensamiento me entregó…
“No es tiempo perdido cuando lo das de
corazón… La respuesta está en tu alma”.