jueves, 20 de febrero de 2020

Andar es



Desnudos de mente,
envueltos de alma:
ahora, andamos.

Descubrimos con las palmas
las superficies lisas y rusticas.
Las sensaciones que se despiertan
como luciérnagas que deambulan en la oscuridad.

Entonces, el recorrido se torna consciente:
nada, nunca nada volverá a ser igual...

La llave del ángel atravesó los cerrojos,
entregó en su apertura su singular luz.

Una vez abierta la puerta
es imposible cerrarla por completo.
Lo que por primera vez se ve con el corazón,
da un giro sutil que se manifiesta en cada historia.

Ocurre en un chasquido
un salto al vacío
al universo de los orígenes.