Amo tus células que cabalgan y vuelan
desde la más grande hasta la más pequeña.
Tus unicornios y dragones que habitan en tus cuevas
y se posan, con delicadeza, en el ángulo abismal de tus pestañas.
Amo tus precipicios cuando caigo en tus abrazos de olas
y resbalo, sin miedo, en las laderas vertiginosas de tus montañas.
Amo tus serranías y picos. Tu boca de incesante lluvia.
Amo tu río caudaloso de venas y tus arterias preciosas de manglares.
Amo tus ojos de bosque y tus barbas de selvas
con poderosas lianas
donde se mecen las olas.
Amo tu pecho,
tu corazón que late al ritmo de los planetas.
Amo tu naturaleza de nubes y tormentas.
De mareas y rayos.
De rocío, sabiduría y calma.
Te amo…
Miguel…