jueves, 17 de noviembre de 2016

Avanza



Los pies unidos avanzan;
son diminutos remos en el agua.

Extraños peces largos y gordinflones
unidos a un cuerpo y a un corazón.

Son garras que se aferran al trepar descalzos una montaña.
Siguen la ruta señalada por el cerebro,
por esa constelación de sus saberes 
y la intuición contemplativa de nuestras proyecciones.

Algunos pasos siguen la voz genuina, esa que susurra desde dentro:

el andar es un reflejo

ese que murmulla desde el centro,
las más profundas de nuestras convicciones.

Cuando no es posible hacerlo,
cuando, por alguna razón, 
no cuentan con el movimiento...
No se acallan;
siguen marcando el paso de nuestros más fervientes deseos.

Todo es realizable si solo se despierta...
con los pies o sin ellos, 
pero reconociendo por alguna razón,
una misteriosa razón...
Estos siguen latiendo:
deambulamos con estos, incluso, en nuestros sueños.

Son una prolongación de nuestros ancestros físicos o etéreos.



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