Ser uno mismo es de fino tacto: de hábiles relojeros.
Ser uno mismo es casi silenciar por completo los ruidos que durante años fueron aprendidos.
Ser uno mismo no es solo de locos, extravagantes o estrafalarios: es de gente con amoroso y profundo corazón.
Es ese arte del ser, sin esperar nada
diferente a lo que uno mismo pueda dar.
Ser una escritora no es algo nuevo, solo
que temía reconocerlo: soy una hilandera de sentires, de esos que surgen desde
la naturaleza.
Me he dejado llevar y poseer por ese deseo
incontenible de ser;
por esa imperiosa necesidad de entregar aquello
que revienta, cual semilla, dentro de mí.
Lo intangible que brota de todo.
Escribir es lo más sincero que he hecho, el momento más intimo en el cual me he entregado.
Una vez que se decide ser uno mismo no hay paso atrás, no hay excusas de profesión, situación o edad.
Ahora, me lanzo al laberinto del ser yo misma. Al precipicio que otorga el vértigo.
Bienvenidos a cada uno de los momentos de dar... Si lo deseas me puedes contar, ¿que significa para ti el arte de ser uno mismo?...
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