martes, 29 de agosto de 2017

Anolis



Su cola de arroyo
se enreda con el naranja de sus hojas.
Estas se adhieren a su piel,
tatúan su cuerpo.

Punto a punto,
se desprende su forma,
Muda, exponencialmente...
¡Crece!, hasta alcanzar
su grácil y aerodinámica figura.

Es hojarasca viva en movimiento.

Lagartija ligera,
celestial imagen
que se eleva 
en la magia que le prodiga
el elemento del viento.

Sus almohadillas húmedas
la adhieren a cada pecíolo.
Mientras, mis ojos la recorren
y su inocencia me lleva al cielo.

Cada milímetro de su cuerpo
es ladera en elevación...

(Fragmento de Anolis: en crecimiento como ella...)

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