miércoles, 21 de diciembre de 2016

Invitación


Cuando pensemos en alguien que sufre
enviemos, a ella o a él, amor limpio.
Asegurémonos de retirarle,
con delicadeza,
las trazas radioactivas de la tristeza.

Sabemos, esto puede ser algo más o menos complicado.
Es necesario prepararnos:
dejar de pensar y conectarnos con nosotros mismos
unos minutos antes de hacerlo.

Quizás, pueden pasar varios días antes de “desintoxicarnos”.
El miedo nos fue inoculado en medio de las guerras frías.

Demos al otro algo incalculable,
ese descubrimiento valioso y amoroso que habita dentro.

Una dosis de amor, serenidad y confianza
sana más rápido que un costoso medicamento
y nutre el alma.

Unámonos a eso divino,
eso que aún nos tiene aquí,
tal vez, sea tan sencillo como eso...

¿Y si somos cientos o miles haciéndolo?...
Aprenderíamos sobre el arte de amar
en medio de los torbellinos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario