A ese amor divino,
a ese que nace
en un acto heroico.
A ese que entrega sus pasos
en cada andariego,
en la gruta del peregrino.
A ese amor que es de ríos blancos
y que bucea en mares cristalinos.
A ese que pende de un hilo
y anida
en los ojos de los océanos.
A ese amor que se abre
en cada despertar salino.
Entra en ciclos,
de esos infinitos,
en el vientre de nuestra alma…
Feliz y dad
En esta y en todas las navidades
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